sábado, 17 de mayo de 2014

ENVEJECIMIENTO CEREBRAL


NEUROPSICOLOGIA  DE LA  INVOLUCIÓN Y EL ENVEJECIMIENTO CEREBRAL  


Envejecimiento: proceso deletéreo que acontece en todo ser vivo con el tiempo y que es expresión de la interacción entre el programa genético del individuo y su medio ambiente.
           
Para la OMS es importante saber que:
           
            1. El envejecimiento es un proceso NORMAL.
            2. Ocurre en todos los seres vivos.
            3. Comienza en el momento de nacer.
            4. Se acentúa en los últimos años
            5. Se produce una limitación de la adaptabilidad.
            6. Es un proceso no uniforme.
            7. Es diferente de una especie a otra
            8. Es distinto de un hombre a otro
            9. En un ser humano no todos sus órganos envejecen a un mismo tiempo

           
Envejecimiento cerebral: Proceso deletéreo complejo de este órgano, producto de la interacción de factores genéticos, ambientales, hormonales y metabólicos. El proceso de envejecimiento afecta de modo distinto a las diferentes partes del cerebro. 

Envejecimiento cortical: Proceso degenerativo natural de la corteza que implica atrofia y eventualmente muerte neuronal. El proceso de envejecimiento afecta de modo diferente a las distintas áreas funcionales de la corteza.



Muchos aspectos estructurales y funcionales cambian a lo largo del ciclo de la vida humana. ¿Qué le ocurre a la estructura del encéfalo desde la adolescencia hasta el día que tenemos un pequeño olvido y caminamos más indecisamente? ¿La estructura del encéfalo cambia constantemente a lo largo del ciclo vital de cualquier animal?. 
cambios neuropsicologicos en el envejecimiento cerebral:   durante los últimos 30 años se han hecho estudios neuropsicológicos del envejecimiento que se pueden dividir en cuatro áreas:
           
            1. Velocidad de rendimiento.
            2. Memoria y aprendizaje.
            3. Cambios de la personalidad.
            4. Cambios sensoriales y perceptivos.
            
Previamente, debemos tener siempre en cuenta que el envejecimiento se caracteriza por un incremento en la variabilidad interindividual de las funciones cognitivas (Laursen, 1997; Ritchie et al, 1996). La educacion, el nivel de actividad y los factores genéticos, son algunas de las variables que influyen sobre las disitintas capacidades a lo largo de la vida (Bartres-Faz et al, 1999).

 Velocidad de rendimiento: quizá el cambio mas característico que se produce con la edad es que el rendimiento se hace más lento, (Eusop et al, 2001) sin embargo esto no ocurre de manera uniforme para todos los trabajos. Cuando se trata de movimientos sencillos orientados, el cambio es comparativamente leve: se pierde menos del 10% entre los 30 y los 70 años.

El enlentecimiento en tareas motrices sensoriales se produce principalmente en la toma de decisiones sobre qué acción realizar, en otras palabras en funciones cognitivas e intelectuales más que motoras.

Mucha de la lentitud se puede explicar por el hecho de que las señales que llegan al cerebro procedentes de los órganos sensoriales y de una parte del cerebro a otra, se hacen mas débiles, en tanto que al mismo tiempo tiende a aumentar la actividad nerviosa aleatoria del cerebro. Esta última difumina a la primera y conduce a errores, sin embargo la confusión puede superarse, al menos en parte, utilizando más tiempo. Esto permite acumular datos, intensificando las señales y moderando parte de la actividad aleatoria. 


Memoria y aprendizaje: de entre todos los cambios cognitivos relacionados con el envejecimiento, las pérdidas de memoria son las más evidentes (Bartres-Faz et al, 1999). Pero no todas las perdidas son iguales; Kral (1962) fue el primero en definir dos patrones distintos en relación a la alteración de esta función: benigno y maligno, el primero, también llamado olvido senescente benigno, refleja la pérdida normal de memoria que afecta al envejecimiento no patológico y se caracteriza por dificultades en recordar información no relevante para el sujeto en un determinado contexto, información que se puede recuperar en otras situaciones. La forma maligna, también denominada olvido senescente maligno, es la que está asociada a los tipos demencia senil, afecta tanto a los hechos importantes, como a los irrelevantes (Bartres-Faz, D. 1999).


En 1986, Crook et al, describió una nueva entidad neuropsicológica referida a la alteración de la memoria en relación con la edad, se denomino “Alteración de la memoria asociada a la edad”, tiene una serie de criterios de inclusión como son, la edad superior a los 50 años, las quejas subjetivas de memoria, el rendimiento en pruebas de memoria por debajo de 1 DE por debajo de la media establecida para jóvenes adultos en uno de los test estándar, funciones intelectuales generales normales, y ausencia de demencia. Y unos criterios de exclusión, como son el diagnostico de enfermedades psiquiátricas, abuso de alcohol, enfermedades infecciosas o inflamatorias del sistema nervioso central etc.

Teniendo en cuenta los criterios de inclusión, un 39 % de la población entre 50 y 59 años puede ser diagnosticada de esta alteración y un 85% de los mayores de 85 años (Larrabee et al, 1994).

Personalidad: los resultados de los tests de personalidad, muestran, cuando las hay, tendencias muy someras. Los cambios observados parecen representar más bien reacciones a las cambiantes circunstancias de la vejez, circunstancias que no se miden en las pruebas habituales. Por ejemplo, por una parte, la jubilación trae consigo un aumento del ocio y las oportunidades, mientras que por otra, el cambio de las facultades puede limitar los intereses y las actividades.

Las formas en que los individuos se ajustan a estas circunstancias varían mucho. En todos los casos, la forma de ajuste no parece tener mucha relación con las posibilidades materiales o económicas, o dentro de unos limites, con la salud; depende de los rasgos de personalidad que se han poseído a lo largo de la vida.

Cambios sensoriales y perceptivos: en este tema es necesario tener en cuenta dos puntualizaciones: no está claro que un deterioro determinado sea siempre el resultado natural de la edad avanzada, en lugar del resultado de una enfermedad, trauma o desuso. En segundo lugar, las diferencias individuales en general, se hacen más pronunciadas con la edad, de modo que algunos adultos pueden exceder las normas en una función particular.
Parece inevitable que en la vejez se produzca una cierta pérdida de la visión, más patente es la alteración de la facultad de enfocar objetos cercanos, existe también disminución del tamaño de la pupila en reposo, agudeza general algo disminuida, ligero estrechamiento del campo visual, cierta pérdida de la capacidad de discriminar el color y mayor susceptibilidad al resplandor.

En el oído existe un declive progresivo en la capacidad de oír las frecuencias mas altas (tonos) del sonido.

En cuanto a la sensibilidad corporal, encontramos una disminución con la edad, de la sensibilidad a la vibración y al dolor y cierta pérdida de sensibilidad a la detección de ligeros movimientos de las articulaciones, aunque las implicaciones practicas de estos resultados no se han investigado totalmente.

En cuanto al tacto y al olfato, hay una pérdida de sensibilidad, lo que supone en el caso del olfato, un peligro en la detección de señales de alarma tales como los agentes olorosos que se añaden al gas.

Todas estas alteraciones en la velocidad de percepción, la memoria y el aprendizaje y cambios senso-perceptivos, que se producen en el envejecimiento normal, serán debidos a:
           
            Cambios macroscópicos.
            Cambios histológicos.
            Cambios bioquímicos y fisiológicos. 



Cambios macroscópicos en el encéfalo





1. Los cambios en la estructura del encéfalo que acompañan al envejecimiento pueden verse a diferentes niveles, desde las estructuras subcelulares hasta la morfología global del encéfalo. Las diferencias en el peso del encéfalo se han examinado, a menudo, en relación con el envejecimiento. Durante años se ha cuestionado la relevancia del envejecimiento en estos cambios de peso ya que es difícil distinguir los cambios debidos al envejecimiento, de los cambios que se originan en estados enfermizos que llevan rápidamente a la muerte.

2. Es interesante destacar que se ha descrito una disminución significativa del volumen del tálamo con la edad, como el tálamo esta implicado, entre otras funciones, en la velocidad de percepción, podría haber una correlación entre ambos hechos (Van Der Werf, et al, 2001).

3. Las personas mayores tienen los ventrículos cerebrales significativamente agrandados, existiendo además una asimetría entre ambos ventrículos laterales (León-Carrión et al,  2001)
          
 4. Las circunvoluciones de la corteza cerebral han disminuido en abultamiento y los surcos son más anchos.
           
5. La enfermedad arterial, que afecta tanto a los grandes como a los pequeños vasos, generalmente se presenta en los ancianos con reducción concomitante del flujo sanguíneo y del consumo de oxígeno.
           
Todos estos cambios son importantes no sólo por su repercusión funcional sino también a la hora de evaluar neuroimágenes, especialmente las de personas mayores o en primeros estadios de enfermedad de Ahlzeimer.



Cambios histológicos en el encéfalo





1. Número de neuronas: los cambios asociados con la edad se han estudiado, sobre todo, en neuronas, a medida que envejecemos va mermando nuestra cifra de neuronas cerebrales, pero sin acomodarse a ningún patrón fijo, por ejemplo, son muy pocas las neuronas que desaparecen en las áreas del hipotálamo que regulan la secreción de ciertas hormonas hipofisarias, por contra son bastantes las que tienden a desaparecer de la sustancia negra y del locus cerúleo. 

2.Dendritas: Las dendritas de las células piramidales corticales (demostradas por la tinción de Golgi) son más cortas, gruesas e inferiores en número en los ancianos.
 Pero no todos los cambios neuronales son destructivos por necesidad.
 Algunos pueden obedecer al esfuerzo de las neuronas supervivientes por compensar la pérdida o atrofia de otras neuronas y sus proyecciones. 

3. Cantidad de sinapsis: la cantidad de sinapsis en la corteza disminuye con la edad. 

4. Cambios en áreas interneuronales: en humanos, monos, perros y otros animales, los espacios extracelulares del hipocampo, corteza cerebral y otras regiones del cerebro suelen acumular cantidades moderadas de placas seniles. Estos depósitos esféricos de lento desarrollo, son en principio agregados de una molécula pequeña, la proteína amiloide beta. Ignoramos qué células originan estos depósitos de proteína y qué efectos tiene dicha acumulación sobre las neuronas vecinas en los ancianos sanos.

5.nudos neurofibrirales: se encuentran oclusiones fibrilares intracitoplasmáticas que aparecen en el pericarion de las neuronas de distintos núcleos y en la corteza cerebral de la gente de edad avanzada, en especial en el hipocampo. Estas tramas no son neurotúbulos ni neurofilamentos normales (filamentos intermedios), más bien están formados por pares helicoidales de filamentos similares en tamaño a los neurofilamentos, pero aparentemente comparten con los neurotubulares al menos un determinante antigénico. Parece probable que el desarrollo de estos nudos represente un estado de degeneración neuronal que marque un lugar de descenso neuronal. 



6. Placas neuríticas: las placas neuríticas (denominadas seniles) son focos esféricos que contienen residuos y están formadas por depósitos amiloideos (depósitos de proteínas insolubles) rodeados por una telaraña de prolongaciones de los astrocitos, axones dilatados y restos de neuronas.
El amiloide de las placas seniles se compone de fibrillas extracelulares de 6-10 nm plegadas. La proteina Beta del amiloide se codifica en genes del cromosoma 21.
           
 7. Cuerpos de Hirano: se observan inclusiones eosinofilas intracelulares (cuerpos de Hirano) en las células encefálicas de los ancianos, descritas también en enfermedades tales como el Ahlzeimer, la esclerosis lateral amiotrofica y el Parkinson.
           
 8. Órganos granovasculares: se han visto organelas granulovasculares en gente de edad avanzada, en especial en las neuronas del hipocampo.
        
 9. Lipofucsina: esta substancia amarilla e insoluble es más abundante en los cuerpos de las neuronas de ancianos que en adultos jóvenes, sin embargo ello es aparentemente inofensivo para las células.

10. Igual que las neuronas, también se resienten las células de la glía, que desempeñan un papel de apoyo en las funciones cerebrales. Hansen et al (1987), han comprobado que los astrocitos fibrosos aumentan constantemente de tamaño y número después de los sesenta años, lo que tiene consecuencias desconocidas, quizá represente de nuevo un intento del cerebro por compensar el paulatino declive numérico y estructural de las neuronas.

    
Cambios bioquímicos y fisiológicos con el envejecimiento

1. proteínas encefálicas y lípidos: cerca de los 80 años de edad ocurre una reducción en la cantidad del total de proteínas encefálicas en un 30%. Sin embargo sólo ocurre un ligero aumento del contenido de agua. Los constituyentes lipídicos (grasa neural, cerebrósidos y fosfátidos) muestran una disminución mínima en la vejez.

2.Neurotransmisores: al envejecer se producen cambios en los sistemas de neurotransmisores (enzimas, receptores, transmisores y sus metabolitos). 

3. Daño encefálico: la recuperación de un daño encefálico ocurre más rápido y en forma más compleja en los jóvenes que en individuos más viejos.





En general podemos decir que el envejecimiento se caracteriza, a pesar de su gran variabilidad individual, por un declive natural en ciertas funciones cognitivas como la memoria, habilidades viso-espaciales o velocidad de percepción, mientras otras funciones como el lenguaje pueden permanecer intactas.

Referencias bibliográficas: 
 Jose A.Gil-Verona, Juan F. Pastor, Félix De Paz, Mercedes Barbosa, Jose A. Macías, Mª Antonia Maniega, Isabel Álvarez, Lorena Rami-González., Neuropsicología de la involución y el envejecimiento cerebral., Revista Española de Neuropsicología  4, 4: 262-282 (2002)            Copyright © 2002 de REN   ISSN: 1139-9872.  
                       
            









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