EL SUEÑO
El sueño es un proceso
fisiológico fascinante, sólo recientemente algunos de los misterios acerca de
su origen, fisiología y funciones biológicas han sido esclarecidos, sin
embargo, aún falta mucho por estudiar. La investigación sobre la biología del
sueño y sobre los efectos clínicos de sus trastornos cada vez deja más en claro
que el sueño es un proceso de vital importancia para la salud
integral del ser humano.
VIGILIA Y SUEÑO:
DOS PROCESOS FUNDAMENTALES EN LA VIDA DEL SER HUMANO
En el ser humano se
presentan procesos que se repiten periódicamente y que son regulados por un
reloj biológico preciso que se encuentra en la región inferior del cerebro, a
nivel de una estructura nerviosa llamada hipotálamo, la cual está conformada
por varios cuerpos de las neuronas, que en su interior contienen los
núcleos celulares responsables de estos procesos cíclicos fundamentales durante
la vida de los humanos
La vigilia es el proceso
fisiológico a través del cual el ser humano se pone en contacto con su medio
externo, siendo conciente de sus actos y alcanzando su máximo desarrollo intelectual,
lo que lo diferencia de las especies inferiores y lo pone en el pedestal más
alto dentro de las criaturas que habitan el planeta.
Esta actividad se desarrolla a
nivel del sistema nervioso central, en el cerebro, donde es necesaria la activación
de la corteza de los hemisferios cerebrales por un grupo de células nerviosas
(neuronas) que se encuentran en el sistema reticular activador del tallo
cerebral, las cuales producen unas sustancias llamadas neurotransmisores
(acetilcolina y noradrenalina) que son conducidas a la corteza cerebral para
estimularla y así establecer las conexiones del ser humano con el mundo
externo: “la corteza cerebral es el nivel más superior del sistema nervioso
central y siempre funciona en asociación con los centros inferiores. Recibe
gran cantidad de información y responde en forma precisa efectuando
cambios apropiados”
Cuando la corteza cerebral está
activa somos capaces de percibir sensaciones, detectar cambios en el
medio, reconocer texturas, discriminar espacios, reconocer figuras, oír
sonidos, oler aromas y degustar sabores, entre otros muchos estímulos que
se presentan alrededor de la vida terrenal del hombre; estos estímulos son
integrados y analizados con el fin de generar una respuesta motora o
intelectual acorde con la información recibida. La percepción de estímulos
de manera continua es lo que mantiene en actividad a la corteza cerebral
y, por ende, permite conservar el estado de vigilia por el tiempo que
duren los estímulos y/o se presente fatiga en las neuronas cerebrales por
permanecer mucho tiempo en actividad.
Por otro lado, la vigilia está
directamente relacionada con el estado de conciencia del ser humano,
porque la conciencia del individuo hace referencia a estar despierto, tener
conocimiento de si mismo y del mundo que lo rodea, respondiendo a estímulos e
interactuando con el medio en que se encuentra de una manera racional y
adecuada con las leyes socio culturales en las que nace y se desarrolla: “la
conciencia podría quizá describirse como la corriente continua de
percepción de nuestro entorno o de la secuencia de pensamientos.
El estado de vigilia se
complementa con otro proceso fisiológico, no menos importante, conocido como
sueño, el cual es un proceso que sirve para que las neuronas de la corteza
cerebral que han permanecido en actividad continua por varias horas del día. -y
que por ello se encuentran fatigadas-. entren en un estado de reposo que les
permita, después de unas horas de descanso, volver a estar activas y de esta
forma comenzar un nuevo periodo de vigilia por activación de las neuronas del
sistema activador reticular y la liberación de un neurotransmisor llamado
noradrenalina: “sin embargo, si el cerebro permanece activado durante muchas
horas, hasta las mismas neuronas del sistema activador se fatigarán. En
consecuencia, el ciclo de retroalimentación positiva entre los núcleos
reticulares mesencefálicos y la corteza se desvanece y los efectos hipnóticos
de los centros del sueño asumen el mando, lo que lleva a una transición rápida
del estado de vigilia a la de sueño”.
El sueño es, entonces, un estado de inconciencia del ser humano del cual es posible regresar a la vigilia por la presencia de estímulos externos de tipo sonoro, lumínico o táctil y en el cual la actividad cerebral permanece constante, como se ha podido demostrar a través de estudios sobre la actividad cerebral durante este proceso. Estos estudios confirman la presencia de ondas eléctricas cerebrales en el electroencefalograma.
El sueño es, entonces, un estado de inconciencia del ser humano del cual es posible regresar a la vigilia por la presencia de estímulos externos de tipo sonoro, lumínico o táctil y en el cual la actividad cerebral permanece constante, como se ha podido demostrar a través de estudios sobre la actividad cerebral durante este proceso. Estos estudios confirman la presencia de ondas eléctricas cerebrales en el electroencefalograma.
El sueño es complementario a la
vigilia y se presenta cuando se fatigan las neuronas de la vigilia y entran en
un periodo de descanso que le permite a las neuronas hipnóticas tomar el mando
de la corteza cerebral y, por medio de la sustancia neurotransmisora llamada
serotonina, llevar al ser humano a un estado de inconciencia pasajera antes de
volver a despertar. Una vez se recuperan las neuronas del sistema activador
reticular responsables de la vigilia se agotan las neuronas responsables del
sueño y de ahí que el ser humano pueda regresar al estado de vigilia después de
unas horas de sueño.
La fase del sueño es primordial,
no sólo para el sistema nervioso, sino para otros sistemas del cuerpo. Así el
sistema nervioso restablece su equilibrio natural en todos los centros
nerviosos, puesto que si se permanece mucho tiempo despierto se presentan
alteraciones en la conducta, en el pensamiento, en la actividad motora y
emocional; en otros sistemas disminuye su actividad y el consumo de energía, lo
que les permite entrar en actividad física máxima después de un periodo de
sueño: “alguien puede pensar que el sueño es un suceso simple de la vida, sin
embargo, para los psicólogo-biólogos es un extraordinario conjunto complejo y
multifacético de conductas”.
Se ha establecido que todos los
seres humanos presentan dos tipos de sueño según la actividad cerebral, los
cuales se intercalan mientras la persona duerme: el uno es reconfortante y
recuperador y el otro es el sueño con sueños, en el cual, a pesar de estar
inconciente, la actividad cerebral es similar a la de la vigilia.
Estas fases del sueño tienen un
patrón establecido y no se presentan al azar, además, varían de acuerdo a la
edad en tiempo de duración (los recién nacidos duermen más que los jóvenes, y
estos duermen más que los viejos), y la duración de las fases de los mismos
también difiere según la edad.
El primero de ellos se conoce
como sueño
de ondas lentas o sueño no REM (de las siglas en ingles Rapid Eye
Movement, movimientos oculares rápidos), y se ha denominado así porque el
reporte del electroencefalograma durante este tipo de sueño muestra ondas más
lentas y anchas que las de la vigilia; además, se le llama no REM, porque en él
no se presentan movimientos oculares rápidos. Es recuperador para el ser
humano, es un sueño tranquilo en el cual la actividad cerebral disminuye al
igual que otras funciones del cuerpo como son la frecuencia cardiaca y
respiratoria, y es conocido como sueño sin sueños, pero en realidad sí se
presentan sueños, pero no se consolidan en la memoria, por lo cual se olvidan y
no es posible recordarlos. Este tipo de sueño siempre se presenta al inicio de
la noche y se repite varias veces, teniendo cada episodio una duración
aproximada de 90 a 110 minutos. Cuando la persona se despierta en este tipo de
sueño no recuerda lo que estaba soñando y se levanta muy bien, descansada y
tranquila. Este tipo de sueño ocurre durante periodos más largos al comienzo de
la noche y va disminuyendo a medida que trascurre, mientras el segundo tipo de
sueño aumenta en duración. Se compone de cuatro etapas básicas que van de un
sueño superficial a uno más profundo, desde la fase I a IV.
Ø La
fase I: se conoce como adormecimiento, y consiste en el tránsito de la
vigilia al sueño; es la fase de sueño ligero, en la que aún se perciben la
mayoría de estímulos que suceden en el entorno (auditivos y táctiles). Esta
fase es poco o nada reparadora, y en ella la actividad cerebral registrada en
el electroencefalograma presenta un patrón de ondas irregular. El tono muscular
está disminuido en relación a la vigilia y aparecen movimientos oculares
lentos. La duración aproximada es de un 5% del tiempo total de sueño (1 a 10
minutos).
Ø La
fase II: se conoce como sueño ligero, en ella se produce un bloqueo de
las señales sensoriales que llegan al tálamo en el cerebro. Este bloqueo lleva
a una desconexión del entorno, lo que facilita la conducta de dormir. El sueño
de fase II es parcialmente reparador, lo que sugiere que no es suficiente para
descansar completamente. En esta fase la actividad cerebral registrada en el
electroencefalograma presenta ondas que varían entre voltajes altos y bajos. El
tono muscular es menor que en la fase I y desaparecen los movimientos oculares,
disminuye la frecuencia cardíaca y el ritmo respiratorio; es más difícil de
despertar que en la fase I. La duración aproximada es de un 50% del tiempo
total del sueño (más o menos 30 minutos). La fase I y II se conocen como sueño
lento superficial porque en estas fases es fácil despertarse ante la presencia
de cualquier estímulo externo.
Ø La fase III: junto con la fase IV, se
conocen como sueño delta o sueño lento profundo, porque en estas fases es más
difícil de despertarse. Ocurre unos 20 a 25 minutos después de comenzar a
dormir. En la fase III el bloqueo sensorial se intensifica en relación a la
fase II y se presenta una mayor profundidad de sueño. Esta fase es esencial
para que la persona descanse subjetiva y objetivamente. La actividad cerebral
registrada en el electroencefalograma es preferentemente de ondas delta (ondas
de bajo voltaje), aunque pude haber presencia de actividad con ondas theta. El
tono muscular es aún más reducido que en fase II y tampoco hay movimientos
oculares, la frecuencia cardiaca y el ritmo respiratorio disminuyen, lo mismo
que la presión arterial. En esta fase y en la fase IV se libera la hormona del
crecimiento, que es muy importante en los niños y adolescentes.
Ø La
fase IV: es la fase de mayor profundidad del sueño, en la que la
actividad cerebral es más lenta (predominio de actividad delta). Al igual que
la fase III, es un período esencial para la restauración física y sobretodo
psíquica del organismo. En esta fase el tono muscular es muy reducido, aunque
no es la fase típica de los sueños, en algunas ocasiones pueden aparecer. Los
sueños de fase IV son en forma de imágenes, luces, figuras, y nunca en forma de
historia. Junto con la fase III ocupan el 20% del tiempo total de sueño. En una
noche normal la fase IV dura apenas una hora o una hora y media, después
retrocede a las etapas III, II y I para comenzar con el segundo tipo de sueño.
El segundo tipo de sueño se ha
denominado de movimientos oculares rápidos (SMOR) o sueño REM (por
las siglas en ingles Rapid Eye Movement), o sueño paradójico (porque a pesar de
estar dormida la persona el cerebro muestra en el electornecefalograma las
características de la vigilia). En éste se presentan los sueños típicos, en los
que hay narraciones y vivencias que parecen reales. La actividad eléctrica
cerebral de esta fase es rápida, muy similar a la de la vigilia. El tono
muscular es nulo (atonía muscular o parálisis), lo que impide moverse mientras
se sueña. La primera vez que aparece este tipo de sueño durante la noche suele
ocurrir después de 90 a 100 minutos de empezar a dormir.
El comienzo del sueño paradójico
es bastante claro, apareciendo de forma relativamente brusca, mientras que el
fin es menos marcado. Comienza con mayor frecuencia después de la fase II del
sueño de ondas lentas, ya que las fases III y IV, a medida que pasa la noche,
dejan de presentarse con la frecuencia que lo hacen al comienzo de la misma.
Este tipo de sueño puede terminar por un movimiento, seguido de un despertar o
de algunos minutos de la fase I del sueño de ondas lentas o, aún, por una
transición más progresiva hacia la fase II. Cuando la persona está muy cansada
la duración de la descarga de sueño paradójico es muy breve, y puede incluso no
presentarse. Por otra parte, cuando la persona ha descansado, la duración del
sueño paradójico aumenta considerablemente, como si el cuerpo necesitara
primero descansar para poder luego soñar. En el sueño paradójico se activa el
Sistema Simpático y hay liberación de hormonas sexuales que preparan al cuerpo
para actos de defensa-ataque y para la actividad sexual. La frecuencia cardiaca
y respiratoria suelen ser irregulares y se evidencian erecciones en los hombres
y vasodilatación vaginal en las mujeres; éste ocupa el 25% de la duración total
del sueño, aumentando su tiempo de duración a medida que pasa la noche.
Estos dos tipos de sueños se
intercalan durante la noche, produciendo ciclos cada 90 minutos en promedio, de
los cuales los primeros 70 minutos corresponden al sueño de ondas lentas y los
20 minutos restantes al sueño paradójico. Durante cada ciclo va cambiando la
duración del sueño paradójico, haciéndose cada vez más largo el tiempo que dura
el mismo a medida que pasan las horas de la noche, así mismo las fases III y IV
del sueño de ondas lentas van desapareciendo con el paso de las horas de la
noche. Cuando la persona se despierta en la fase II del sueño de ondas lentas
no recuerda lo que estaba soñando, mientras que cuando el despertar ocurre en
el sueño de movimientos oculares rápidos sí recuerda lo que soñaba y puede
despertar con miedo o susto si lo que soñaba era algo desagradable o
amenazante. Al despertar los centros del sueño disminuyen su actividad y, por
ende, la producción de serotonina y los centros de la vigilia retoman el
comando del sistema nervioso central por la liberación de noradrenalina y la
activación de las diferentes áreas de la corteza cerebral que ponen en contacto
al ser humano nuevamente con la realidad, para así dar por terminado un ciclo
diario de vigilia y sueño y comenzar uno nuevo, esto se hace evidente en el
hipnograma mostrado en la figura 1
Figura 1. Hipnograma
FUENTE: ROSENZWEIG,
Mark; LEIMAN, Arnold y BREEDLOVE, S. Marc. Psicología biológica. Barcelona:
Ariel Neurociencia, 2001. p. 526.
http://basesbiologicasrem.blogspot.com/2010/07/vigilia-y-sueno-dos-procesos.html
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